Más que un seguro se trata de una garantía financiera en el ámbito audiovisual, ya que se le garantiza a las productoras que la película se realizará con unos mínimos estándares de calidad, ajustándose al presupuesto y dentro del plazo de tiempo previsto. Es un atributo más para conseguir inversores, sobre todo extranjeros.
Tradicionalmente habría que contratar previamente el seguro de negativo y el de no comparecencia o interrupción. Este seguro obliga a llevar un exhaustivo control presupuestario, económico y técnico. Pocas compañías quieren coger este tipo de riesgos. En Estados Unidos son más frecuentes al adelantar la financiación de la película con cargo a los derechos de emisión.